HACIA LA ISLA

Santiago Martínez Peral (1974) vuelve a manifestar su apego a una propuesta de marcado carácter pictórico que se acoge al lugar donde habitan estertores y pulsiones, erotismos y fantasmas, realidad y pesadilla .Una pintura de corte muy español, con ecos del Goya oscuro y preclaro, el Solana de casquería y asnos, de Picassos de  varias épocas y ,por momentos, de cierta tradición más cercana de metafísicos juguetones. Representación de lo surreal y de lo mundano, que maneja códigos renovados y no oculta la reverencia a la Historia de la pintura, a unos grandes maestros a los que aún sólo se atreve a mirar a las manos, nunca a los ojos. Por un lado una serie de naturalezas muertas de un realismo descarnado y feroz muestra vísceras  de animales, casquería. Corazones, riñones o cabezas peladas de cerdo, vaca o pescado colocados sobre negrura, bajo una luz severa que incide mostrando brillos y gelatinas, pieles y transparencias, en una materialidad que resulta irreal ,trágica y burlesca en su juego con el género histórico del bodegón. No demasiado lejos de ésta, aunque en un modo formal muy distinto, hallamos una serie dedicada al desnudo donde varias formas grotescas previamente creadas en plastilina establecen una equivalencia entre el cuerpo femenino como recipiente hecho de turgencias y agujeros  y formas de insectos o aliens. Dejamos para el final Hacia la isla,enorme pieza(2 x 18 metros)inspirada en un poema de Celan, que podría ser la dedicatoria al género de paisaje. En ella se prenden probablemente todos los asuntos, intereses representativos, preocupaciones y posibilidades plásticas e influencias, coleccionadas por Martínez Peral hasta la fecha. Lo orgánico mecánico y los laberintos psíquicos y simbólicos que probablemente sólo la visión pictórica puede reconstruir desde cero.

Abel H.Pozuelo .El Cultural del Mundo.13-09-2007,página 38.